jueves, 24 de diciembre de 2009
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Veinte veces Homero
La tradicional revista TV Guide se sumó a los homenajes por el vigésimo aniversario de nuestra serie favorita. En su caso, el reconocimiento se hizo a través de la publicación de veinte nuevas y exclusivas imágenes de Homero, que corresponden a diversos momentos de las veinte temporadas de Los Simpson.
domingo, 1 de noviembre de 2009
"Lisa es definitivamente el personaje más interesante porque, si pudiera, se escaparía de la familia"
Matt Groening, el rey Simpson¿El éxito global de Los Simpson querrá decir que la cultura de EE.UU. se impuso o que todo el mundo celebra la crítica que ustedes hacen de esa sociedad?
Los Simpson son un esfuerzo grupal hecho en colaboración por un montón de personas que proyectan asuntos familiares propios. Resultó que gente de todo el mundo encontró patrones humanos universales en eso. No sé bien cómo funciona en otras culturas porque sólo podría responder por la americana, que es la que realmente conozco. Me gustaría apuntar, de todos modos, que Los Simpson son muy populares en algunos países pero hay otros en los que por alguna razón no sucede lo mismo. No sé por qué, pero eso ocurre en Japón, donde la serie es conocida pero no alcanza el nivel de otros lugares. La rgentina, en cambio, es el país número uno entre los países que no hablan inglés. Viven la serie con na
intensidad única.
¿Tiene alguna conclusión acerca de por qué pasa eso?
Bueno... ustedes tienen muy buen gusto.
¿O será que tenemos una reserva de Homeros?
Seguro, creo que podríamos relacionarlo con eso. Con la pasión que pone Homero en comer y beber.
¿Cómo hacen los EE.UU. para transformar en símbolo aun a su crítica más despiadada?
La cultura americana es una celebración de sí misma y Los Simpson no son una excepción. Tenemos cosas increíbles y positivas y otras con una historia muy densa al mismo tiempo. Cualquiera que trabaje sobre la cultura americana debe lidiar con estas contradicciones: ambas cosas reflejan el mundo en que vivimos pero también hay que saber cómo dar idea del mundo que nos gustaría tener. Por eso, aun cuando seamos críticos, satíricos y usemos un humor oscuro, la serie no busca angustiar...
¿Diría que Homero es la clase de yanqui que mantuvo a Bush en el poder y Matt Groening el que empujó el fenómeno Obama?
Bueno, estoy totalmente a favor de Obama, eso es bueno que se sepa. Y Homero...es más bien apático. Aunque podría decir que es bastante conservador y estaría con Bush. Hay una paradoja interesante en el programa: el enorme éxito de una familia tradicional en una época de familias extendidas.
¿Cómo cree que sucedió eso?
Eso es en parte por el pequeño contenido autobiográfico de Los Simpson , eso de que los personajes llevan los nombres de mi familia (su padre Homer Philip Groening y su madre Margaret Marge Wiggum). Otra cosa que viene a mi mente son las sitcoms con las que yo crecí, en las cuales la madre estaba en casa, el padre salía a trabajar y eso. En cierta medida hay un elemento de nostalgia en Los Simpson porque las familias ya no son así.
¿Es usted nostálgico de ese modelo de relación familiar?
No, sólo es que crecí mirando demasiada tevé y encontré cómo justificarlo. Ahora puedo decir: "¿Ven?, no era tiempo perdido sino investigación".
¿Pero en qué pensó originalmente? ¿En una afirmación de la familia como modelo a seguir o en la demostración de que puede llegar a ser insalubre?
Uh... La realidad es que no hay escape de la familia. Hay que ver la cuestión desde diferentes ángulos. Cómo crecés rodeado de padres que no te prestan atención, y chicos que son catalogados como fallas escolares: ése fue el corazón de Los Simpson desde el principio y seguimos haciendo la misma cosa una y otra vez.
Hablando de familia, ¿cómo le caía a su padre haber sido el Homero detrás de "Homero"?
Bueno, él murió unos diez años atrás, pero llegó a ver cómo Los Simpson se volvían cada vez más populares y estaba muy complacido con eso.
¿Pero le gustaba "ser" Homero?
Sí, le gustaba todo acerca de Homero excepto cuando maltrataba a su esposa; no le gustaba ver que Homero fuera brutal con Marge. Dijo que hizo a Los Simpsonpara vengarse de toda la mala tevé que había tenido que ver de chico.
¿Cuál fue el peor daño que el medio le hizo a su generación?
En la televisión no hay argumento o historia que dure porque, en esencia, se trata de interrumpir. El mensaje de la televisión, por debajo del contenido, es que lo que te interesa erá reemplazado por algo mejor en cinco minutos. Eso es negativo. Lo era cuando yo era hico y ahora es peor que nunca. Parte de lo que todavía me motiva es que me recuerdo mirando la tevé cuando era chico y muy ocasionalmente podía interesarme lo que veía. Las cosas eran, sobre todo, aburridas. He tratado de imaginar qué me gustaría ver desde entonces. Y Los Simpson son la respuesta a eso: es el programa que querría ver si fuera joven hoy. Por eso, para mí las revistas de historietas fueron más influencia que la televisión. Y la música, por supuesto.
De hecho, el humor del programa le debe más a Frank Zappa que a Walt Disney...
Frank Zappa fue una influencia enorme y una de las mayores satisfacciones de mi vida fue, de adulto, hacer algo que llamara su atención. El me llamó, me felicitó porLos Simpson ... y me pidió participar en la serie. Antes de que pudiera hacerlo se enfermó y murió...
¿Fue más difícil satirizar después del 11-S?
Lo que se hizo difícil fue manejar el miedo con el que se vivía. Pudo ser más difícil trabajar para nosotros, pero seguimos adelante con la misma gente. Al final, el 11-S sirvió para justificar que Fox no nos pagara lo que pedíamos.En la temporada 19° hay un episodio en el que algunos personajes departen sobre el ex presidente Perón. Lo describen como un dictador que desaparecía personas. Eso no cayó muy bien en la Argentina. ¿Se enteró?
Sí... y la verdad es que siempre me quedo preocupado cuando se desliza una referencia casual en el guión sobre algún asunto del que no estuvimos del todo informados. Poner las cosas en contexto también es muy importante. Cada vez que hacemos un comentario sobre la política de algún país que lo es el nuestro enojamos a una cantidad de personas.
En otro capítulo, Krusty hacía una breve referencia a as Malvinas que nunca se vio en la Argentina.
¿Pasó eso en otros países?
La verdad es que no lo recuerdo. Sí hicimos enojar a algunos políticos en Brasil, también enojamos a unos cuantos en Turquía y, ojo, hay gente enojada contra nosotros en Estados Unidos todo el tiempo. Pero ustedes pueden decir: "Bueno, lo dijo el personaje". Bueno, hubo un personaje en Los Simpson hablando de los franceses como de "cheese eating surrender monkeys" ( monos comequeso ): era un término despectivo de parte de uno de nuestros personajes más estúpidos. Los conservadores lo tomaron como una reivindicación durante la guerra de Irak porque estaban particularmente enojados con los franceses entonces.
¿La fórmula secreta es que los personajes no crezcan?
Es uno de los mayores placeres de hacer animación. Me encanta ver que Bart vuelva a celebrar su cumpleaños de diez una y otra vez...
¿No será esa estrategia una forma de referirse a la actual obsesión de los adultos con la infancia y la adolescencia?
Definitivamente hay algo dando vueltas en nuestra cultura que hace que cosas que fueron
pensadas para niños ayer, hoy sean ostentadas por adultos,y eso muestra cierta tensión. Y está en todo: animación, cómic, videojuegos, música.Algo de la tragedia de Michael Jackson puede relacionarse con eso, ¿no cree?
Pues, sí... Era un tipo tan obviamente preocupado por mostrar una falsa cara de sí mismo cuando era extremadamente infeliz. Las cosas que le pasaron no me sorprendieron. Trabajamos con él para Los Simpson . Un día llamó a mi estudio a última hora y creí que era un imitador: su voz era realmente llamativa, como muy alta. Pero realmente era él y pedía participar en la serie. Tuvimos algunos encuentros después... Vivía en una reclusión tal que básicamente se escondía del mundo... En esas condiciones, todo problema normal podía ser catastrófico para él.
Veinte años después, ¿cuál es su personaje favorito en la familia?
Lisa es definitivamente el personaje más interesante porque, si pudiera, se escaparía de la familia. Bart nunca haría eso: es idéntico a Homero.
Después de la película, ¿nadie vino a ofrecerle un contrato para hacer una versión con actores?
No... cualquier productor sabe que nunca podría competir con los personajes. Por otro lado, es tan gratificante tener control total sobre la creación que no lo cambiaría por nada. Veo que entre sus anhelos tiene lugar un Homero de carne y hueso... Digamos que sería un ejercicio dramático interesante... pero que esperen a que me muera para hacerlo.
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lunes, 19 de octubre de 2009
¡Marge en llamas!



lunes, 12 de octubre de 2009
¡Marge tapa de Playboy!
miércoles, 10 de junio de 2009
"Yo no quiero ser Marge Simpson"
En el portal de México El Ágora, Rosalba Mancinas publicó un artículo titulado "Marge Simpson" en el que planteó la cuestión de la mujer que quería ser como Lisa pero termina siendo como Marge; es decir, en vez de desarrollarse como artista, termina como ama de casa.
Entre otras cosas, Mancinas escribió:
Acá, el artículo completo.
- "Yo no quiero ser Marge Simpson, me gusta Lisa, me identifico con ella, pero no con Marge. Supongo que no soy la única y me pregunto, ¿qué nos pasa a las mujeres? ¿Por qué nos quedamos en el camino? Muchas queríamos ser como Lisa y nos identificábamos con ella, la misma Marge en su niñez y juventud era como Lisa. Pero llegó un momento clave en que tuvo que decidir si continuaba con su desarrollo profesional, su brillante carrera de pintora o se convertía en ama de casa. Pudo más el amor y ahí la tienen".
- "Las mujeres debemos preguntarnos si Marge es un modelo a seguir como madre tolerante, amorosa, responsable, limpiadora compulsiva, ahorradora eficaz, siempre disponible, con una palabra de consuelo y comprensión para todos los miembros de la familia, o es un espejo de la mujer actual. También debemos preguntarnos si merece la pena quedarse en casa ocupándose de todo mientras el marido se convierte en proveedor o decidimos salir a trabajar para ayudar con los ingresos aunque luego tengamos que llegar a casa a poner todo en orden y terminar a las tantas para levantarnos al día siguiente muy temprano a hacer lo mismo".
martes, 2 de junio de 2009
"Siempre estuvimos influenciados por ellos"
En Argentina, como en tantos países, hay muchos fanáticos de "Los Simpson". Y algunos de estos demuestran su gusto por nuestra serie favorita homenajeándola a través de su arte, tal es el caso de una serie de bandas de rock: Maldito Flanders, Ned Flander, Nadie quiere a Milhouse, Troimaclur, Duff, Timmy O’Tool, Don Barredora rock y Encías Sangrantes.
El diario del país Página 12, en su suplemento No, publicó un artículo acerca de esta cuestión, incluyendo entrevistas a los músicos de los conjuntos. A continuación, la transcripción de la nota, realizada por Mario Yannoulas y Matías Córdoba.
Pequeños demonios
La familia amarilla cumple 20 años en la pantalla chica y su legado forma parte de la cultura rockera. “Matt Groening podría ser cualquier tipo que vive por acá por Morón”, dice Richard, de Maldito Flanders. Las historias de Ned Flander, Nadie quiere a Milhouse, Troimaclur, Duff, Timmy O’Tool, Don Barredora rock y Encías Sangrantes.Para Richard, Los Simpson enraizaron seriamente en la cultura del conurbano bonaerense. “Matt Groening podría ser cualquier tipo que vive por acá por Morón”, se juega. En ese estado de naturalización de capítulos, expresiones, ironías y tendencias kidult surgió el nombre de su grupo. El guitarrista comparte Maldito Flanders con Rafa y Gaby, hermano y primo respectivamente. Hace unos años, dice, sólo se trataba de entretenimiento televisado, pero con el tiempo descubrieron que esos episodios de menos de media hora se habían incorporado a su éter cotidiano. “Están en nuestra cultura. No tanto en la de la ciudad, que va mutando un poco más, sino en el Gran Buenos Aires. Son una gran influencia para nuestra generación por su sarcasmo y esas críticas bien puntuales, más allá de los meros dibujos”, trasmite el también militante de la organización social y cultural El Culebrón Timbal.
–¿En qué lo notan?
–A la gente de entre veintipico y cuarenta años se le nota por la forma de hablar, las expresiones que elige. Es un tema recurrente: te podés poner a charlar con cualquiera que tenga esa edad, y es como si te pusieras a hablar de fútbol. Está tan instalado que es casi natural.
–¿Y por qué justo Maldito Flanders?
–Lo propuso un amigo nuestro y gustó, nos cagábamos de risa. Eramos más pendejos, no nos pusimos a pensar si era porque el chabón es religioso.
Fiebre de domingo a la noche
Decenas de frases vuelven a Los Simpson la serie animada más rockera de la televisión mundial. ¿O fueron, también, aquellos inadaptados que mataban el tiempo mirando televisión desde un sofá y que se llamaban Beavies and Butthead? Los amarillos fueron constantes: veinte años ininterrumpidos demostrando que son influencia. Pero, ¿existe una influencia, una manera de componer reflejada en la familia y los personajes que deambulan por la Springfield animada? No sólo los más jóvenes imitan gestos, chistes, chascarrillos o trampas de la serie, sino también adultos que adoptan los nombres y los transforman en bandas. Así surgieron Ned Flander (así, sin s final), Nadie quiere a Milhouse, Troimaclur (la argentinización de Troy McClur), Duff, Timmy O’Tool, Don Barredora rock y Encías Sangrantes.
“Siempre estuvimos influenciados por ellos. Ahora, la banda ya tiene diez años, y seguimos teniendo la misma chispa que desde los comienzos. Somos como Los Simpson, que tienen la misma gracia que hace veinte”, responde al NO Alejandro Zagrakalis, tecladista de Encías Sangrantes, un grupo de Berisso. Y su compañero, Juan Cruz Marciani, cantante y autor de la mayoría de las letras de la banda, dispara: “El día que empezamos a tocar, vimos el capítulo donde muere Encías Sangrantes, el saxofonista, y fue algo así como tomar la posta. Me acuerdo que Lisa se quedaba con el legado. Nos gustó el nombre porque en Los Simpson Encías es el personaje más musical y se nota su formación independiente: era justo lo que estábamos haciendo nosotros. Venía del under más bastardeado, algo como lo que sucede acá”, se enorgullece.
Y sin embargo, además de compartir una filosofía, en los recitales también hacen lo suyo: “Me acuerdo que en un show imprimimos las entradas con las caras de Los Simpson. Su humor siempre nos acompaña, por eso arriba del escenario nos tomamos las cosas más en joda”, cierra Juan Cruz.
Similar es el caso de Timmy O’Tool, un grupo aguerrido, a la Jane’s Addiction y Biohazard, más electrizante que Encías Sangrantes. “Empezamos a tocar en el ‘96 y sin nombre. Entonces apareció Timmy O’Tool. Por aquellos años, Los Simpson eran una Biblia para nosotros. Luego se fueron integrantes y quedé yo solo. Y empecé a buscar gente por radios y avisos”, cuenta Andrés “Rana” Medina, el baterista. “Cuando vi el mensaje ‘Timmy O’Tool busca bajista onda Red Hot Chili Peppers y Jane’s Addiction”, me volví loco. Era tal mi fanatismo por Los Simpson que estaba por formar una banda que se iba a llamar Los Borbotones”, detalla Gastón Fosati, bajista. “Hoy, Los Simpson no son una influencia musical, pero sí para la vida. Porque cuando sos pibe y ves los capítulos, ellos te brindan una ideología, un planteo social que no te lo dan otros. Eso los hace grandes. Porque es también un producto que acaparó a todas las generaciones. Chicos, grandes, nenes, adultos, todos crecimos con ellos. A veces estamos ensayando y copiamos modismos, o saltamos con alguna frase de Homero. Creo que ‘A la grande le puse Cuca’ es una de las mejores frases de todos los tiempos”, cuenta Gastón.
Es claro: Los Simpson invadieron generaciones enteras con sus ocurrencias y su manera de ver la sociedad. Fernando Báez, cantante de Don Barredora, una nueva banda de rock barrial, acaba de publicar su primer disco La semilla explosiva y que lo presentaron en ¡Cocodrilo!: “Para muchas generaciones, y para la nuestra todavía más, son como el clima, ayuda a generar conversaciones. Son la vida, porque nos la pasamos mirándolos por la televisión y es una fiesta. El humor es impresionante y es importantísimo para la banda. El grupo tiene el humor de Homero, por eso elegimos el nombre”.
Y si verlos por televisión es una fiesta, ¿cómo se traslada esa celebración al escenario? “Queremos que la gente se cope con la banda, no queremos pasarla bien nosotros solos”, dice el cantante, que tiene tatuado a Homero debajo del pecho. “Siempre metemos los latiguillos, las frases hechas de la serie”, cuenta entre risas.
Tedy, saxofonista de Don Barredora, vestido con una remera de la cerveza Duff hace la diferencia con Beavies and Butthead: “La gran diferencia es que Los Simpson meten diferentes temas sociales, y ahí, dentro de todo eso que te dan, está el rock. Ahí salieron The White Stripes, Sting, The Who, Ramones, y eso, para los pibes que los ven, es una enseñanza enorme. Atrapan gente de distintas clases sociales, es algo que no se logra fácilmente. ¿Qué serie animada puede unir a varias generaciones en un televisor? No hay muchas”, cierra.
Hay otros, mayores de treinta, que son los integrantes de Troimaclur, una banda de funk de San Fernando, que también predican el amor a Springfield. Juan Ortega, el cantante, dice: “Nos juntábamos siempre a tocar unos temas, hace diez años. Me acuerdo bien de ese día, estuvimos viendo Los Simpson toda la tarde, y habíamos terminado de tocar, y como estaba Troy McClure, le pusimos a la banda ese nombre, pero con la intención de cambiarlo. Sin embargo, quedó y ahora lo bancamos. Troy McClure es el fantoche, el chanta, el mentiroso. Nos gustaba eso del personaje, porque en ese momento acá en Argentina había muchos chantas. Pero lo que sí puedo decir es que ahora, después de tantos años de estar tocando, a Troy McClure lo relaciono más con la banda, con nuestro sonido funk, que con Los Simpson”, confiesa. Ouch.
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martes, 5 de mayo de 2009
"Para nosotros es muy importante ser parte de la historia estadounidense"
En la previa al estreno de la vigésima temporada de "Los Simpson" en Colombia, el periódico El Tiempo entrevistó a Al Jean, productor y guionista de la serie. A continuación, se transcribe el reportaje:
¿Va a seguir el sarcasmo a los valores de la familia estadounidense?
Para nosotros es muy importante ser parte de la historia estadounidense. Siempre tratamos de introducir situaciones muy cotidianas o comunes y nos encanta reírnos de una manera muy elegante de lo que le pasa del presidente para abajo.
¿Eso quiere decir que tendrán a Barack Obama en sus próximos episodios?
Nos encantaría incluir a Obama en el show, apenas tengamos la oportunidad, él estará ahí, pero lo importante es tener una buena historia. En general, nos interesa mantener las historias y hacer de esto una familia más unida.
¿Desde hace cuanto está involucrado con la familia Simpson?
Yo estoy trabajando desde 1989 y me siento parte de esa familia... ¡Claro que sí!
¿Cuál cree que es el cambio más fuerte que va a tener el programa en esta nueva etapa?
Yo creo que uno es el de la alta definición. En los últimos tres meses hemos trabajado en eso para la serie y tenemos un grupo de animadores maravillosos. En términos de imagen digital, esta es la mejor temporada de Los Simpson.
¿Y en cuanto a las historias?
Creo que nuestro mayor cambio será darle un enfoque más cercano a los niños que a los adultos.
¿Qué ha sido lo más arriesgado que han hecho en la serie?
No lo sé, tal vez en un episodio en el que Homero fuma marihuana por prescripción médica. En algunos países no se lo tomaron muy bien.
¿Hay algo malo en el trabajo que implica hacer Los Simpson?
No creo que haya algo malo, para mí lo mejor es que la gente los adora, quizás lo único negativo es que solo hacemos 22 capítulos al año y nos encantaría hacer muchos más.
¿Cómo reciben las críticas de países que no están de acuerdo con el mensaje que deja la serie, como en el caso de Venezuela que la consideró mala para los niños?
Eso depende de cada país y de sus gobernantes. Si en Venezuela creen que Los Simpson son malos para los niños, esa es una decisión de ellos.
¿La nueva temporada no ha despertado la necesidad de regresar al cine con una segunda película de Los Simpson?
Te puedo decir que nos encantaría, pero no está aún en los planes.
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lunes, 20 de abril de 2009
Críticas argentinas
El domingo, en Argentina, comenzó la proyección de la nueva temporada de la serie. Y, en Rolling Stone Argentina, Gustavo Sala se burló del nivel de "Los Simpson" de la siguiente manera:
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viernes, 2 de enero de 2009
"Nosotros y Los Simpson"
A mediados de diciembre, en el diario La Nación de Argentina, se publicó un artículo escrito por Mori Ponsowy titulado "Nosotros y Los Simpson".
A continuación, transcribimos el texto, que aborda la cuestión de la serie como espejo de la sociedad.
Nosotros y Los SimpsonSon amarillos y feos. El padre tiene la boca como una hamburguesa; la madre, un peinado semejante a un cucurucho de helado azul; el hijo, la cabeza como una bolsa de papel, y las hermanas, el pelo con forma de galletita cortada con molde de estrella. Son irreverentes, malhumorados, incorrectos y, sin embargo, a pesar de sus innumerables defectos -o, precisamente, gracias a ellos-, tal vez hoy sean la familia más famosa del planeta Tierra. Una familia disfuncional, según muchos, que no envejece con el paso del tiempo, pero que, aun así, este mes está de cumpleaños. Por supuesto, se trata de Los Simpson , la comedia de situaciones norteamericana que ha estado más tiempo en el aire desde que se inventó la televisión y cuyo primer episodio fue transmitido el 17 de diciembre de 1989.
La serie, creada por Matt Groening, suscitó controversia desde sus inicios y dividió las aguas entre quienes la defendían, alegando que era uno de los programas más morales de la televisión, y quienes la criticaban a rajatabla y se preguntaban qué clase de padres eran aquellos que dejaban a sus hijos ver un dibujo animado en el que uno de los personajes principales es el peor alumno de la clase y otro, un padre de familia holgazán y adicto a la cerveza. "¿Cómo puede ser que esos muñecos detestables se estén convirtiendo en modelos para nuestros niños?", decían.
El rechazo generado por la serie fue tan grande como su éxito: apenas tres meses después de estar en el aire, la Simpsonmanía ya inundaba Nueva York.
La dudosa moralidad de sus personajes llegó a preocupar incluso al entonces presidente George H. W. Bush, quien, en una convención del Partido Republicano celebrada en 1992 dijo: "Vamos a fortalecer a las familias norteamericanas para hacer que se parezcan más a los Walton y menos a los Simpson".
Aunque han pasado diecinueve años desde aquella primera temporada, los Simpson siguen provocando controversia. En un episodio que se estrenó el mes pasado, Homero quiso votar por Obama, pero la máquina contó su voto como si fuera para McCain. Los republicanos inmediatamente levantaron sus puños, enfurecidos. Algún tiempo antes, el gobierno de la ciudad imaginaria de Springfield había legalizado el matrimonio gay, cosa que también agitó la moral de los sectores más conservadores de los Estados Unidos.
¿ Los Simpson es tan iconoclasta como parece? ¿Tienen razón quienes dicen que daña el criterio moral de los niños? Indignarse y esgrimir un índice acusador suele ser fácil -sobre todo, si usamos nuestros prejuicios como combustible para el encono-, pero tal vez antes de sacar conclusiones convendría preguntar qué piensa el público infantil. Más allá de cuánto los divierte, ¿los niños creen que Los Simpson les enseña algo? ¿Qué? "Los que hacen la serie no están de acuerdo con las cosas que hacen los personajes", me explicó Ian, mi sobrino de ocho años. Le pedí un ejemplo. "Selma y Patty fuman todo el tiempo -dijo-, pero es obvio que les hace mal."
En efecto: uno de los constantes blancos de crítica en Los Simpson es la publicidad de cigarrillos. En el capítulo "La casita del horror VI", por ejemplo, se ve un inmenso cartel publicitario que muestra un montón de gente fumando, acompañada por la leyenda: "50 millones de fumadores no pueden estar equivocados". En el episodio "Lisa, reina de belleza", Cigarrillos Laramie organiza un certamen de belleza de niñas en edad escolar. La ganadora es Lisa y uno de sus deberes es ser portavoz de la marca. "Verás, Lisa, éste ha sido un año desafortunado para Laramie -confiesa un ejecutivo de la compañía-. Mucha gente que fuma nuestro producto ha muerto." En otro capítulo, todos en Springfield piensan que el mundo se está por acabar y Selma y Patty exclaman, sin dejar de fumar: "Lo logramos. ¡Vencimos al cáncer!".
Los ejemplos anteriores son una muestra de la ironía de la que se valen Groening y su equipo de dieciséis guionistas para señalar muchos de los vicios de nuestras sociedades. No se trata, pues, de que la serie incentive la mala conducta, sino más bien de que muestra conductas negativas de modo tremendamente explícito, poniendo en evidencia su más que dudoso contenido moral.
Muchas veces la risa del espectador es provocada precisamente por las inconsistencias éticas de los personajes. "Si quieres algo en la vida, tienes que esforzarte", le dice Homero a Bart. Acto seguido, escucha que en la radio están por anunciar los ganadores de la lotería... ¡y sale disparado a escuchar!
Creo que una de las virtudes de Los Simpson es que no considera a los niños como pequeños débiles mentales a quienes los adultos creadores del programa deben educar desde un púlpito elevado. Al contrario: a diferencia de la tendencia imperante en la TV, Groening trata a su audiencia de igual a igual. La supone dotada de capacidad de reflexión. En vez de decir que beber alcohol en exceso hace mal, elige mostrar a Moe, el dueño de la taberna, escondiendo el juego de dardos. "Hemos eliminado los juegos. La gente bebe menos cuando se está divirtiendo", explica. En otro episodio, mientras se lleva a la boca la jarra de cerveza, Homero dice: "¡Esta sí que es una solución pasajera!".
Los Simpson dicen sin decir; muestran en vez de sermonear. De manera indirecta, tangencial, sin caer en el hierático discurso sobre lo que conviene hacer y lo que no, la serie se despacha sobre una nutrida agenda moral que no deja dudas acerca de la posición de sus creadores en torno a temas como la violencia en la televisión, la desigualdad entre los sexos, la tenencia de armas de fuego, la inmigración, el medio ambiente, la homosexualidad, el consumismo y la inequidad en la distribución de la riqueza.
"Quise darle una alternativa a la audiencia: mostrar que hay otra cosa además de la basura predominante en la televisión," afirmó Matt Groening en 1993. Antes de hacerse famoso con Los Simpson , Groening era un desconocido creador de historietas underground y nunca imaginó que sus personajes se convertirían en íconos planetarios. Ahora, casi veinte años después, con la vigésima temporada en el aire y fans de todas las edades hasta en los últimos rincones del mundo, cabe preguntarse si la serie de verdad actúa como un estimulante del pensamiento crítico o si, por el contrario, la gente ríe al ver sus propias conductas ridiculizadas sólo para olvidarse cómodamente de todo minutos después, en cuanto empiezan los comerciales.
Una de las paradojas de la sociedad occidental contemporánea es que los medios y la maquinaria del consumo masivo terminan asimilando e incorporando a sus propios engranajes lo mejor de la cultura. ¿Qué contracultura sobrevive, qué tipo de crítica es posible, si la contracultura es absorbida precisamente por el mismo establishment cultural que aspira a criticar? La ironía se eleva al cuadrado cuando comprobamos que por cada crítica que se hace en Los Simpson al merchandising hay por lo menos un producto relacionado con la serie que la gente sale a comprar.
En una entrevista con la revista Hour , Groening dijo: "En nuestro tiempo, la contracultura -si acaso se la puede llamar así- está en un terrible aprieto. Todo es asimilado tan rápido que ni siquiera hay tiempo para el escándalo".
A veces parecería que hay tanto de todo a nuestro alrededor que ya no nos queda tiempo para ocuparnos de las cosas realmente importantes.
"No creo que seas tonto. Pero, por otra parte, nunca vas a museos ni lees libros ni nada", le dice Marge a Homero en un episodio. Y Homero contesta: "¿Crees que no quiero? Es la tele, Marge. No me deja. Un buen programa tras otro, cada uno mejor que el anterior. Si sólo trastabillaran una vez, si nos dieran treinta minutos para nosotros mismos... Pero no lo harán, ¡no me dejarán vivir!".
A esta omnipresencia avasallante de los medios en nuestras vidas debemos sumar el escepticismo que se extiende sobre instituciones que en el pasado sirvieron como pilares de la sociedad: la figura del padre, la escuela, la iglesia, la política, la justicia. El descrédito generalizado de las instituciones no es algo totalmente nuevo, pero sí lo es el hecho de que el escepticismo encuentre tierra fértil entre los niños. "Me gustan Los Simpson porque son reales -me dijo un chico de doce años-. Todos tienen problemas: a la familia no le alcanza la plata, Homero odia su trabajo, los maestros también, el gobierno no sirve, los políticos son corruptos."
Algunos padres preferirían mantener a sus hijos alejados de esta realidad. Conservar la infancia como un territorio a salvo del escepticismo. ¿Es posible lograrlo? ¿Son programas como Los Simpson responsables de que nuestros hijos no crean en nada? ¿O será al revés: que esos muñecos de ojos enormes son un imán inevitable porque han tenido la audacia de reflejarnos tal como somos, frágiles, corrompibles, incrédulos, siempre anhelando ser amados, cínicos y tiernos a la vez?
En su edición del 31 de diciembre de 1999, la revista Time eligió a Los Simpson la mejor serie del siglo y a Bart como una de las personas más influyentes de los últimos cien años. ¿Una exageración? No tanto, quizá, si reconocemos que, más allá de la anécdota y los gags propios de la época, el programa en el fondo es una reflexión sobre la condición humana, hecha con dosis parejas de ironía y piedad.
Es probable que el inigualable éxito de Los Simpson tenga que ver con un juego de espejos. ¿Y si nos parecemos a ellos más de lo que creemos? Tal vez también nosotros seamos amarillos y feos. Habrá que ir a mirarse en el espejo con los ojos enormes y bien abiertos para averiguar si no tenemos hamburguesas en lugar de bocas, cucuruchos en el pelo y bolsas tapándonos las cabezas. Todas metáforas, claro, del modo en que la cultura de masas -la misma que ha alfabetizado a la humanidad y puesto al alcance de la mayoría comodidades que antes eran sólo para los reyes- invade nuestras vidas y nuestros cerebros, mientras nos hace reír y olvidar problemas, inmersos, como estamos, de lleno en la diversión.
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martes, 30 de diciembre de 2008
Bart, de los desnudos más recordados del cine
La revista Entertainment Weekly recopiló los veintinueve desnudos más recordados del cine, entre los que se encuentra el de Bart en "Los Simpson: la película", momento cuya imagen ilustra esta entrada.
Entre otros, la nómina incluye el de Kate Winslet en "Titanic", el de Uma Thurman en "Las aventuras del barón Munchausen" y el de Arnold Schwarzenegger en “Terminator”.
Fuente: MDZ Online.
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martes, 23 de diciembre de 2008
¿Los Simpsons o La abeja Maya?
El domingo, en el periódico ecuatoriano El Universo, se publicó un artículo escrito por Enrique Rojas titulado "¿Los Simpson o La Abeja Maya?". En él, su autor diserta acerca de la cuestión del por qué del éxito de la serie y su conveniencia de ser vista por toda la familia.
A continuación, transcribimos el texto:
¿Los Simpson o La Abeja Maya?
“Si ustedes no ven Los Simpson, no importa, estoy seguro de que sus hijos los ven; y si no los ven es que son gays, y eso tampoco es un problema”. Esta es una cita textual de una conferencia dictada por Mike Reiss, uno de los 23 guionistas de la serie, en una universidad chilena, y refleja de alguna manera lo que es la serie animada: irreverencia, confrontación, pero al final con un matiz de humor que le permite desentenderse de los juicios que emite. Es decir, no se sabe hasta dónde es chiste y hasta dónde hay una denuncia.
Y ahí está su éxito. En el minuto en que se encierra en una propuesta ideológica o algún tipo de agenda, pierde toda la libertad y flexibilidad que le han permitido reírse de todo: partidos políticos, países, sexualidad, personajes públicos y cualquier cosa que pareciera estar establecida en nuestra cultura.
Esta desfachatez le ha valido innumerables censuras y críticas vinculadas a los valores. Se los culpa de crear problemas con el respeto a la autoridad, introducir una idea de contracultura que rechaza la cultura local, moldear modelos de identidad negativos, promover la violencia, irrespetar creencias religiosas, apoyar la homosexualidad, y otras tantas.
Aquí viene un buen punto: uno pensaría que es un dibujo animado para adultos y que las emisoras locales lo pautan irresponsablemente en horario familiar, pero luego se descubre que los autores están muy conscientes de cuál es su público. Matt Groening, su creador, dijo: “Adoro incluir bromas que los chicos no captan. Después crecen, leen unos cuantos libros, van a la universidad, se reencuentran con esos episodios y pueden verlos a un nivel completamente distinto”.
Por otro lado, el escritor Reiss, con su ácido humor acotó: “Cuando mostramos chistes de abuelos no ofendemos a ningún espectador, porque ningún abuelo nos ve, por eso nuestro rating sube y sube, porque los que no nos ven se están muriendo”. Ellos indican que gran parte del éxito se debe a que el show se trata de una familia en la que, pase lo que pase, terminan juntos, porque se quieren y se protegen.
Ahora, ¿qué viene entonces? ¿Hay que revisar el criterio para pautar el programa o el criterio para educar, para enseñar a niños y jóvenes a ver televisión?
El programa es un espejo crítico para vernos como sociedad de masas, como consumistas desenfrenados, entre otras cosas. Creo que el éxito de esta serie es que vemos nuestras frustraciones, nuestras preocupaciones, nuestros problemas y podemos reírnos de ellos, y no hay nada más sano que eso.
La asociación de las imágenes, la interpretación, va a estar condicionada por el individuo y su manera de significar. En eso interviene la educación.
Si un padre decide que sus hijos no vean Los Simpson, vea el dibujo animado que dan en el otro canal, se topará con todos los tipos de violencias explícitas, físicas y psicológicas. Es lo que hay. Como dije antes, el único camino es el enseñar a ver, porque si seguimos al pie de la letra todas las denuncias de los enemigos de Los Simpson, terminaremos viendo solo a la La abejita Maya en TV, y ya se discutiría sobre la orientación sexual de Willy.
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lunes, 1 de diciembre de 2008
"Homero es el lugar de la ignorancia y Lisa es la palabra autorizada incluso por sobre el policía y otros adultos"
El jueves, el diario Crítica Digital de Argentina publicó una entrevista a Claudio H. Sánchez (ver foto), ingeniero y profesor de física que enseña a partir de episodios de nuestra serie favorita y del que ya hemos difundido un artículo.
A continuación, transcribimos el reportaje, realizado por Federico Kukso:
"Con Homero la ciencia no es aburrida"
El ingeniero y profesor de física Claudio H. Sánchez no mira televisión o películas como cualquiera. Lo hace, confiesa, lápiz y papel en mano, para no dejar pasar ninguna referencia científica. Es lo que ocurre cuando sintoniza cualquier creación del dibujante y escritor estadounidense Matt Groening: Los Simpson y Futurama, dos series que ya excedieron la categoría de “productos de consumo” para convertirse en disparadores de reflexión cultural. Los temas tocados por la familia amarilla son tantos que hay libros como "Los Simpson y la filosofía" y "What the Simpsons Can Teach Us About Physics, Robots, Life, and the Universe, aun inhallables" en la Argentina. Sánchez da charlas y divulga ciencias –en este caso, “ciencia amarilla”– apoyándose en las ocurrencias de Homero, Marge, Lisa, Bart y Maggie y el resto de sus conciudadanos springfieldianos. “Busco despertar la curiosidad, que el que está del otro lado diga: ‘esto ya lo vi y no me di cuenta. ¿Qué hay más allá?’ –dice este profesor, autor del libro "Físicamente" (Ediciones de Mente)–. A cierta gente le va a interesar más si le hablás de Los Simpson que si le hablás secamente de Newton. Es como un chantaje que hago. Es como si dijera: ‘Prestame atención que te voy a contar algo gracioso’.”
–¿Cómo se le ocurrió este abordaje?
–De casualidad. Durante casi diez años, de 1990 a 2000, no vi televisión. Hasta que un amigo me comentó el episodio “Bart contra Australia” de la sexta temporada en el que se menciona el efecto Coriolis, un fenómeno responsable del giro en vientos y corrientes marinas. En el capítulo, Bart y Lisa se entretienen tirando líquidos en la pileta del baño y jugando a ver cuál llega primero al desagüe. Desde ahí comencé a prestarle atención a la serie y a juntar una colección de referencias.
–¿Como cuáles?
–Hay cuestiones de termodinámica, se menciona el Teorema de Fermat, viajes en el tiempo y hasta paradojas temporales, como en el capítulo especial de Halloween donde Homero va al pasado y mata un mosquito y, al volver, está todo cambiado. Es un claro homenaje al cuento de Ray Bradbury, “El sonido del trueno”. También hay un episodio cuando Apu confiesa que puede recitar los decimales de Pi, otro en el que Bart descubre un cometa y análisis de ADN sirve para saber quién quiso matar al señor Burns.
–El año pasado la serie fue catalogada por la revista Nature como “uno de los mejores programas de divulgación científica de la televisión”.
–Y, sin embargo, hay profesores de ciencias a los que no les gusta este tipo de forma de enseñanza. Muchos se limitan al manual, por miedo o por falta de tiempo.
–¿Cuál es el personaje más científico? Seguro que dice Lisa.
–Obviamente. En Italia la llaman “la piccola Mafalda”. Es un personaje inverosímil: una chica de ocho años que sabe de todo. Hay un episodio en el que se queda encerrada en un laberinto y dice: “Vamos a salir aplicando el algoritmo de Tremaux”. Tuve que buscar en internet qué era ese algoritmo para resolver laberintos. También se pueden usar como ejemplos Snoopy, Mafalda y Tin Tin.
–Pero en Los Simpson también está el personaje estereotipado del científico loco, el profesor Fink.
–Sí. Homero es el lugar de la ignorancia y Lisa es pura curiosidad, es la palabra autorizada incluso por sobre el policía y otros adultos.
–¿Y cómo se explica tanta ciencia en un dibujo animado?
–Es una travesura de los guionistas: David Cohen es físico, Ken Keeler y J. Stewart Burns, matemáticos. Los guiños están ahí y falta que alguien los señale. Aunque, si se explicitaran todos estos giros, tal vez la gente se aburriría. O sea, si se destacara el carácter divulgativo de la serie, perdería popularidad. Para la gran mayoría, la ciencia es aburrida. Esto demuestra que no es así.
–También están los científicos invitados.
–El paleontólogo Stephen Jay Gould, Stephen Hawking y el químico Dudley Herschbach.
–Es decir, esta mirada científica sobre Los Simpson permite redescubrir chistes.
–Absolutamente. Voy a demostrarlo el miércoles 10 de diciembre, a las 19, en el Centro Cultural General San Martín, Sala C. Aquellos que se rieron durante 20 años con esta serie lo van a poder hacer de nuevo. Ocurre también en Futurama, que es mucho más de culto: aparecen el principio de incertidumbre, el gato de Schrödinger y abundan las paradojas temporales, todo en un trasfondo de ciencia ficción. No creo que se pueda aprender ciencia viendo únicamente dibujos. La idea es usar un tema no científico para ilustrar.
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miércoles, 19 de noviembre de 2008
"Los Simpson tienen una estructura de relato adulta"
En la edición del domingo del diario Clarín de Argentina, se publicó un artículo que hace hincapié en la cuestión de que los dibujos animados, desde hace un tiempo, están dirigidos de igual modo a chicos y grandes y marca como uno de los ejemplos paradigmáticos a "Los Simpson".
A continuación, transcribimos algunos fragmentos del texto escrito por Marisol Parnofiello, que se titula "Los dibus ya no son cosa de chicos" y puede leerse aquí.
- En animación, no hay una fórmula para adultos que, eventualmente, no pueda ser consumida por los más chicos o viceversa. "Los Simpson tienen una estructura de relato adulta -detalla el semiólogo José Luis Petris- y la operatoria con la que se construyen varios personajes, el orden de la caricatura, el orden del gag, permite la entrada del público infantil. Bob Esponja tiene una estructura muy simple y es el pequeño gag donde el grande puede encontrar cierto disfrute. Hay incongruencias de comicidad adulta: la ardillita que necesita de una pecera para poder vivir en el fondo del mar, la relación aire-agua".
- Realizador de animación y profesor en las áreas de cine y radio en la Universidad de Buenos Aires (UBA), Sergio Armand mira hacia atrás y cuenta que, en realidad, no es tan nuevo que los padres vean los mismos dibujos que consumen los hijos. "Ya a fines de los ´50 -comenta el docente-, las realizaciones de Warner Bros trabajaban la ironía y la sátira que capturaba a los papás. El Correcaminos, El Coyote, Bugs Bunny marcaron un quiebre con las películas de Disney. Esto se fue perdiendo entre los '70 y los '80 cuando la serialización para formatos televisivos hizo que se realizaran productos más básicos, volcados a lo verbal, como los de Hanna-Barbera. El fenómeno vuelve a arrancar en los '90 con creaciones dirigidas a mayores como Los Simpson y también con realizaciones orientadas a los más chicos, pero que invisten humor negro y sátira que causan gracia a los padres".
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lunes, 10 de noviembre de 2008
"¡Nunca he visto nada tan gracioso en animación en toda mi vida!"
A mediados de la semana pasada, el diario Córdoba de España publicó una entrevista a David Silverman (ver foto), director y productor de "Los Simpson" que, por cierto, dirigió la película.
A continuación, transcribimos el reportaje, a cargo de Ana Torres.
--¿De dónde viene esa gran forma de dibujar?
--Proviene de Matt Groening. El fue el creador de "Los Simpson". Y su estilo es algo que yo personalmente tomé cuando llevamos a cabo la animación de los personajes de "Los Simpson" en "The Tracey Ullman Show". Seguíamos el estilo del libro de tebeo de Matt. Entonces nos dijo que lo teníamos que seguir desarrollando nosotros, porque él realmente no dibujaba bien, pero que confiaba en ello.
--¿Cuál es su intención en este arte de la animación?
--Después del éxito de la película de "Los Simpson" me han hecho ofertas no sólo para dirigir animación, sino para películas normales. Ahora mismo estoy desarrollando dos films live action, de acción viva, unas comedias familiares con algunos elementos de fantasía.
--¿Qué recuerdos le trae a la memoria el 17 de diciembre del 1989, el debut de la serie?
--Tuvimos una fiesta maravillosa para el evento. Fue la primera fiesta de "Los Simpson". Estuvimos en Santa Mónica, en un lugar de bolos, que era muy moderno. Recuerdo una combinación de fiesta, divertimiento, de jugar a los bolos, beber, y sentirte ya por una vez relajado. Y beber aún más todavía.
--¿Qué supone formar parte de la primera serie de la Fox en llegar a estar entre los 30 programas más vistos en EEUU?
--A eso, muy a menudo, le llaman la casa que construyó Bart. Mi relación con la cadena Fox ha sido muy buena y una oportunidad relevante para mi carrera, porque aparte de "Los Simpson", la compañía también me dejó trabajar con los estudios Blue Sky.
--La revista Time la calificó como la mejor serie del siglo XX, ¿cómo la define usted?
--Estoy de acuerdo. No sólo porque he estado trabajando en ella. Recuerdo que cuando leí los primeros bocetos me dije a mí mismo: "¡Nunca he visto nada tan gracioso en animación en toda mi vida!" Resultó ser una gran oportunidad para hacer algo divertido. No sé si un episodio le va a gustar a alguien, pero por lo menos nosotros disfrutamos un montón. Mis amigos me preguntaban dudosos al principio, y les dije: "Mirad, esto al menos va a durar dos años".
--La serie se creó con el objetivo de producir algo diferente ¿Sigue siendo una alternativa a la basura que se ve hoy día?
--Eso es siempre lo que tenemos en mente. El objetivo principal es mantener la calidad de la serie. Obviamente, cada vez es más difícil escribir más episodios, porque ¡se han escrito ya tantos! Sin embargo, los personajes son tan variados y dan tanto de sí que siempre encontramos algo diferente. Es divertido dibujarlos y animar, y apasionante escribir los diálogos.
--La familia Simpson ha sido controvertida desde sus comienzos. ¿Qué le diría a esos padres conservadores que la llaman un mal ejemplo para los niños?
--Ya. Pero esa polémica es lo que realmente ha servido para que la serie gane en popularidad. La controversia y la polémica son siempre publicidad gratuita. Lo que hay que hacer es mosquear y cabrear a un montón de gente. Y cuando la gente se enfada, el éxito está asegurado.
--¿Podría resumir en unas frases el proceso de producción?
--Evidentemente complejo. Simplemente la parte de animación, olvidándose de lo que es escribir, dura seis meses. Tenemos diferentes equipos que trabajan en distintos episodios de forma simultánea, ya que sino sería imposible. Cinco semanas para crear la historieta, otras cinco para dibujar los personajes, ocho semanas para terminar la animación, y diez para que los estudios realicen el resto. Complejo, ¿verdad? Muchos se creen que se tarda solo una semana; piensan que dejamos la cámara para que Homer haga el resto.
--¿Con qué personaje se identifica más?
--Con Homer, aunque no soy tan destructivo. Me gusta ser como él, porque a pesar de sus colosales fallos y faltas, hace lo que quiere, cuando quiere, y finalmente se divierte siempre.
--¿La serie es una sátira exagerada de la sociedad estadounidense o un escenario más real?
--Un poco de la columna A y un poco de la columna B. Ambas cosas.
--¿Qué temas prefiere: políticos y policías corruptos o eclesiásticos que pasan de los fieles?
--Para reírnos de ellos, todos son muy buenos. No hay nada como el egoísmo mezclado o combinado con ideas estúpidas.
--Detengámonos ahora en "Los Simpson: la película". El equipo había declarado previamente que sólo haría una película cuando la serie hubiera concluido, pero al final se produjo con la serie todavía en emisión, ¿por qué?
--Es cierto, se planificó para el final de la serie, pero como esta siguió con éxito, decidimos comenzar con la película. Nunca esperábamos que la serie tuviera un ciclo de vida de 20 años, y lo mejor es que aún sigue.
--¿Habrá una segunda parte?
--Posiblemente, pero aún no tenemos planes. La primera fue tan difícil que todavía estamos exhaustos con la experiencia.
--¿Cómo recibió la noticia de ser jurado de Animacor´08?
--Encantado, nunca había estado antes en España. Cuando alguien me invita a ir a un país extranjero mi respuesta es sí.
--¿Qué le parece Córdoba?, ¿cree que tiene muchas posibilidades de ser la Ciudad Europea de la Cultura en el 2016?
--Es una ciudad preciosa y, ¿por qué no? ¿Acaso no tienen electricidad y agua corriente?
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martes, 28 de octubre de 2008
Famosos
En la previa al estreno de "Los Simpson: la película", la familia protagonizó infinidad de tapas de revistas. En esta entrada, recopilamos las de algunas publicaciones argentinas.
Fuente: Los Simpson y Futurama.
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viernes, 17 de octubre de 2008
"Representan la hipocresía de una sociedad que se caracteriza por el doble discurso"
En el portal de Argentina Quilmes presente se publicó un artículo titulado "El fenómeno amarillo", que se propone explicar la clave del éxito de "Los Simpson".
Entre otras voces, en el texto se encuentra la del licenciado Alfredo Alfonso que explicó que "no hay que ver la serie sólo como una familia disfuncional sino, como bien lo manifiesta su creador, como una crítica a un modelo de sociedad que se pone de manifiesto en la presencia de los personajes de segunda línea: estos representan la hipocresía de una sociedad que se caracteriza por el doble discurso".
También, opinó la licenciada Eva Mariani: "Creo que Los Simpson genera una complicidad con el espectador y en esto reside el goce de verlos y su éxito comercial. Los Simpson marcó una tendencia --que hoy se observa claramente en los dibujos animados del estilo Cartoon Network-- hacia lo antipedagógico. Digo esto porque una de las características de los dibujos animados tradicionales fue su fuerte impronta pedagógica y moralizante. Por el contrario, vemos en Los Simpson, y en toda esta nueva generación de animados, una fuerte burla y crítica mordaz y muy lograda hacia los discursos normalizadores. Es más, los personajes suelen ser antimodelos".
Acá, la producción completa.
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viernes, 19 de septiembre de 2008
"En un estudio de grabación hay que entregarse con la misma pasión que en el teatro"
El lunes, el diario de Albacete La Verdad publicó una entrevista al actor Juan Perucho (ver foto) que, entre otras cosas, hace la voz del jefe Gorgory para la versión española de "Los Simpson".
A continuación, transcribimos algunos fragmentos del reportaje:
--Usted además de actor es doblador. ¿A qué personajes dobla actualmente?
--He doblado más de dos mil personajes a lo largo de mi carrera. Ahora doblo al jefe Gorgory de "Los Simpson" y a Peter Griffin de "Padre de familia".
--¿A qué personaje le gustaría doblar?
--Me gustaría haber doblado en cualquiera de sus películas a Orson Welles, porque es un actor estupendo.
--¿Qué prefiere, el anonimato de los doblajes o la popularidad de la televisión y el teatro?
--No tengo una preferencia, cada una te da una satisfacción. Además, a mí lo que me gusta es interpretar en general. Son cosas diferentes, por ejemplo en el teatro cada actuación es distinta. En un estudio de grabación hay que entregarse con la misma pasión que en el teatro.
--¿Alguna vez le han reconocido la voz por la calle?
--Sí, alguna vez. Hay gente con un oído especialísimo. De hecho, haciendo obras de teatro al terminar me lo han dicho. También dos o tres taxistas en Madrid.
--¿Existe alguna preparación especial para la voz a la hora de doblar?
--Yo estudié Arte Dramático y di ortofonía y también sincronía. Aunque después de tanta práctica la voz se acostumbra. Cuando comienzo a las ocho no hago ejercicios de preparación.
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martes, 16 de septiembre de 2008
No seamos injustos con Marge
El martes, en el portal de noticias de México Milenio, Mario Alberto Gámez publicó un texto en el que comentó el impacto que sintió al enterarse que, en su país, Homero Simpson es más conocido que Josefa Ortiz de Domínguez.
Esta mujer, conocida también como "La Corregidora", participó en la Conspiración de Querétaro, la primera guerra por la Independencia de México, que se inició en Santiago de Querétaro en 1808.
Gámez, en su columna, escribió que "la comparación resulta odiosa y hasta tramposa, pues por un lado el personaje de ficción está todos los días en las televisiones de millones de mexicanos y La Corregidora de Querétaro se quedó sólo en algunas estampitas".
Finalmente, el autor del artículo en cuestión, titulado "Gritos de dolores", llamó a sus compatriotas "a conocer más a sus héroes y a entender mejor nuestra historia para conocer hacia dónde vamos como país".
Este escrito --que tal vez tenga un punto de conexión con "Asimetrías" de Fausto Fernández Ponte para Diario Noticias, también de México-- es valioso en tanto promueve la defensa de la historia de un país; sus raíces, sucesos memorables, hombres y mujeres de honor indecible.
Sin embargo, el texto no señala una problemática de alcance mundial y grave como la que sí denuncia: ¿por qué se conoce más a Homero que a Marge, cuates? Por supuesto, por la fuerza siempre triunfal del machismo. ¿Acaso no es Marge la que, día a día, se desvive para que el propio Homero, Bart, Lisa y Maggie siempre tengan la comida lista y la ropa limpia y planchada? ¿Es quizás eso menos valeroso que tener como máxima pasión tomar cerveza y mirar televisión?
Sería deseable que así como se señala a "Los Simpson" como símbolo del avance de la historia y la cultura de Estados Unidos sobre otros países, tal como hicieron Gámez y Fernández Ponte, también se piense cómo juzga México y el planeta entero el mérito de los padres de nuestra familia más querida.
despringfield.com@gmail.com
miércoles, 10 de septiembre de 2008
"Consigue fascinar"
La crítica de "Los Simpson: la película" del diario La Nación de Argentina la hizo Diego Batlle, que la calificó con un muy bueno. A continuación, el texto:
Los Simpson se agrandan en el cineDespués de 18 años y 400 capítulos en televisión, ya era hora de que la familia Simpson accediera al largometraje y a la pantalla grande. Tras reiterados amagos (la incursión cinematográfica fue un proyecto largamente codiciado), la película ya es una realidad, y lo primero que surge después de apreciar sus 87 minutos (hasta los créditos finales guardan sus sorpresas) es que semejante espera valió la pena.
El director David Silverman -un artista que encarnó como pocos el espíritu de la serie durante estas casi dos décadas de existencia- y un ejército de 11 guionistas que incluye a las dos máximas cabezas del show (Matt Groening y James L. Brooks) lograron que estemos ante un film con todas las letras y no ante un producto que deje la sensación de ser tres capítulos rejuntados.
Si bien no todo en " Los Simpson: la película" es igualmente eficaz (algo imposible en una narración que propone una broma física, un chiste visual o un elemento de ironía social cada diez segundos) y la trama decae en su interés durante varios pasajes de la segunda mitad, lo cierto es que hay aquí un conflicto central que se sostiene con buenos recursos hasta al final, hay un cuidado por desarrollar subtramas que definan las vivencias de cada uno de los integrantes de la familia y, a nivel narrativo y formal, hay una apuesta bastante más arriesgada y ambiciosa que en los episodios televisivos.
La película arranca a puro vértigo, humor negro, desparpajo y, claro, mucha ironía autorreferencial. En este sentido, una de las primeras líneas de diálogo que se escuchan consiste en una típica queja de Homero: "¿Por qué tengo que pagar por algo que puedo ver gratis en televisión?", exclama, frente a una película protagonizada por los sanguinarios Itchy y Scratchy (o Tomy y Daly).
Mientras Springfield se encuentra en medio de una pesadilla tóxica que la convierte en la ciudad más contaminada del planeta, los integrantes de la familia Simpson tienen nuevas experiencias: Homero lleva a la casa su nueva mascota (un cerdo), Bart encuentra en el vecino Ned Flanders una suerte de modélico padre sustituto y Lisa cree descubrir al amor de su vida en un joven irlandés llamado Colin que comparte con ella la militancia ecologista.
El film comparte con su pariente televisivo la mirada despiadada e incisiva sobre las peores miserias de la sociedad norteamericana, se ríe con acidez de los lugares comunes de la corrección política y propone el habitual juego de referencias a la cultura popular (hay aquí citas a "Titanic", "Harry Potter", "El Hombre Araña" y apariciones hilarantes de la banda Green Day, de Tom Hanks y de Arnold Schwazenegger ya convertido en presidente de la nación).
A nivel visual, la mixtura de técnicas de dibujo y animación más artesanales con fondos creados en computadoras con programas de diseño en 3D resulta no solamente creativa en el uso de los colores y los movimientos, sino decididamente funcional para el espíritu impiadoso y provocador del relato.
Así, más allá de algunos pequeños baches en su segunda mitad (como, por ejemplo, cuando los Simpson se radican en Alaska o cuando Homero tiene un viaje interior en busca de una epifanía que lo haga reaccionar), este primer largometraje sobre una de las familias más delirantes, patéticas y, al mismo tiempo, queribles de los últimos tiempos consigue fascinar, ahora, con todo el despliegue y la espectacularidad que ofrece la pantalla grande.
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